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Violencia, mujer y género un problema de salud pública 2007-2008 (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Existe una periodización académica que nos
advierte sobre el camino recorrido en las últimas
décadas por los estudios que tienen a las mujeres como
sujetos de investigación.

Se refieren tres periodos a saber: el primero los llamados
estudios de la mujer que
ponen el acento en la discriminación y subordinación de
las mujeres y que aportaron datos sobre las
condiciones de vida de estas; el segundo que se centra en afirmar
que la aspiración de las mujeres no debía ser
alcanzar la igualdad y
disfrutar de los mismos derechos que los hombres,
sino que debíamos desarrollar lenguajes, leyes y una
mitología propiamente femenina para
examinar las estructuras
ideológicas que nos ponen en desventaja frente a los
hombres. Y por último, la etapa de los estudios de
género,
que tienen como objeto de estudio las interacciones entre hombres
y mujeres en la sociedad,
poniendo énfasis en las relaciones de poder, el
acceso a los recursos y en
general, en las circunstancias no equitativas de la vida social.
(1)

En las últimas décadas del siglo pasado la
violencia
contra la mujer en el mundo
centró la atención. En las décadas del 70 y 80
se comenzó a visualizar y poner paulatinamente en la
agenda pública la violencia contra las mujeres, a partir
principalmente de la acción
de los movimientos de mujeres y feministas. Así, el
contexto con que se enfrenta la década del 90 en la
región, está marcado, en el plano internacional,
por la incorporación del tema de la discriminación en contra de las mujeres en
las agendas de Naciones Unidas,
a través de la realización de Conferencias
Mundiales y la instauración del Decenio de la
Mujer.(2)

Esta problemática aunque asume matices diferentes de
una sociedad a otra se convierte en universal porque aún
en nuestros días el mundo sigue recogido
androcéntricamente y la posición del género
femenino mayoritariamente sigue estando supeditada a la voluntad
del otro género. (3)

La violencia como un problema social y de salud afecta a todos (as)
sin distinción de país o de clases
sociales. En sus múltiples manifestaciones adopta
habitualmente la forma de roles complementarios: hombre
mujer, padre – hija. (4)

Violencia es un concepto de
múltiples dimensiones y connotaciones, tiene que ver con
la utilización de la fuerza
física o
de la coacción psíquica o moral por
parte de un individuo o
grupo en
contra de si mismo, de objetos, o de otra persona o grupo
de personas, ocasionando la destrucción o daño
del objeto, la limitación o la negación de
cualquiera de los derechos establecidos de la persona o grupo de
personas victimas. Tal utilización de la fuerza obedece
generalmente a la determinación de mantener, modificar o
propiciar la desigualdad de los derechos, lo que caracteriza a la
violencia como una actividad esencialmente humana. (5)

La violencia contra la mujer es un proceso de
dominación sustentado por el sistema de
género, como estructura que
determina el rol social de hombres y mujeres en un contexto
determinado cuya trasgresión es respondida con
agresión. (6)

Género es un término que categoriza las
distintas funciones,
oportunidades y limitaciones de los hombres y las mujeres
según lo determina la sociedad en que viven. Es una
categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado, permite
denotar de la cultura y la
construcción de identidades subjetivas de
mujeres y hombres. El género es esencialmente una
construcción social, no natural, que varia de un grupo
social a otro y de una época a otra. Se construye mediante
procesos
sociales de comunicación y es trasmitido a
través de formas sutiles durante los procesos de crianza y
de educación.
El sexo de una
persona determina el estado de
salud de la reproducción mientras que el género
determina su salud y su bienestar.

La violencia de género es el ejercicio de la violencia
que refleja las asimetrías existentes en las relaciones de
poder entre mujeres y hombres que perpetúa la
subordinación y desvalorización de lo femenino
frente a lo masculino. Es un problema mundial, pero no tenemos
suficientes datos sobre la incidencia y prevalencia de sus
diferentes formas; esto se debe a que con frecuencia existen
diferencias conceptuales y operacionales que impiden la
comparación entre los estudios sobre el tema. Asimismo,
existen otros problemas que
dan cuenta de las dificultades para captarla y documentarla,
especialmente porque generalmente se da en el ámbito
privado. (7)

En su primer momento esta categoría surgió con
el fin de hacer evidente la existencia de relaciones no
equitativas entre mujeres y hombres, e indagar sobre el por
qué de las condiciones de injusticia y
discriminación para las mujeres en todos los
ámbitos de la sociedad, convirtiéndose
posteriormente en el instrumento contemporáneo para
enfrentar este problema y resolverlo. (8)

Es clara la necesidad de nuevas investigaciones
sobre la conexión entre los aspectos de derechos humanos,
jurídicos y económicos y las dimensiones de
salud
pública de la violencia. Un cúmulo de evidencias que
se multiplica rápidamente indica que la experiencia de la
violencia en la mujer tiene consecuencias directas no sólo
para su propio bienestar, sino también para el de sus
familias y comunidades. Además de huesos rotos,
quemaduras de tercer grado y otras lesiones corporales, el
maltrato puede tener consecuencias para la salud mental a
largo plazo, como es la depresión,
los intentos de suicidio, el
suicidio y el
síndrome de estrés
postraumático. La violencia que incluye agresión
sexual también puede causar enfermedades de
transmisión sexual, embarazos no deseados y otros
problemas de salud sexual y
reproductiva. En el caso de la niña, las consecuencias
para su salud pueden persistir en su vida adulta. (9)

El sistema de atención de salud juega un papel
importante junto con muchos otros sectores, como los servicios
judiciales, policiales y sociales. Sin embargo, los sistemas
mencionados no están en general preparados para abordar
las consecuencias de la violencia contra la mujer o incluso para
reconocer los signos de la
violencia de género.

Existen tres razones que explican por qué la violencia
contra la mujer debe ser un tema prioritario para los
trabajadores de salud:

  • La violencia produce considerable padecimiento y
    consecuencias negativas para la salud a una proporción
    significativa de la población femenina (más de
    20% en la mayoría de los países);

  • Tiene un impacto negativo directo sobre varios temas
    importantes de salud, como la maternidad sin riesgo, la
    planificación familiar , la prevención de las
    enfermedades de transmisión sexual y la
    infección por el VIH/SIDA;

  • Para muchas mujeres que han sido maltratadas, los
    trabajadores de salud son el principal o único punto
    de contacto con los servicios públicos que pueden
    ofrecer apoyo e información. (10)

Estudios en diferentes países revelan:

  • En Sudáfrica 1 de cada 6 mujeres es agredida por su
    compañero.

  • En Nueva Guinea el 43% de las muertes causada por
    violencia ocurre en la población femenina.

  • En Puerto Rico el 50% de los homicidios sobre mujeres
    fueron consumados por los cónyuges o
    excónyugues.

  • En Francia se indicó que el 95% de las
    víctimas de lesiones son mujeres.

  • En México se constató que el 61% de las
    dueñas de casas son golpeadas. (11)

  • En Cuba investigaciones de Medicina Legal reportan que en
    el homicidio, cuando la victima es mujer, el 45% murió
    a manos de su pareja y el 52% ocurrió en el hogar de
    la victima. (12)

Investigaciones sociológicas reportan la no evidencia
de un perfil especial que identifique a las mujeres maltratadas,
recogen también la imposibilidad de las víctimas de
romper con el hombre
maltratador (Universidad de la
Habana). (13)

En 1994 se sistematizaron estos estudios por la
Federación de Mujeres Cubanas y se encontró que las
víctimas de la violencia
intrafamiliar son generalmente mujeres. De ellas un
número insignificante busca ayuda institucional. (14)

En Guantánamo se realizaron estudios comparativos de
los años 1996 y 1997 comprobando un ascenso de
víctimas femeninas en el delito de
lesiones en más del 60% de los casos analizados, donde
predominó la agresión en el propio domicilio.
(15)

Paulatinamente los estudios sobre la violencia contra la mujer
con enfoque de género en nuestro país se han ido
generalizando, sin embargo específicamente en el sector de
la salud pública estos estudios están demorados y
en los programas de
estudio de formación de los profesionales de la salud no
se incluye el tema género. Los profesionales de la salud,
durante su actividad práctica , cuando enfrentan los casos
de mujeres maltratadas por razón de su género, se
limitan solamente a revisar la lesión y poner el
tratamiento correspondiente, visualizando el efecto, manteniendo
un comportamiento
pasivo ante la causa que es la violencia de género,
además muchos, ni siquiera conocen el significado de la
categoría género. Por otra parte, en el curso de
esta maestría Atención Integral a la Mujer
constatamos que el tema quedó incluido de la siguiente
forma:

El enfoque de género en la salud familiar:

Objetivo.-Brindar conserjería para que la mujer en su
rol de género mantenga el equilibrio de
la familia
durante la etapa de sus cambios hormonales. (16)

Asistida por el criterio valorativo personal,
ético-científico, considero que la
proyección del tema expuesto anteriormente es tendente a
perpetuar la subordinación de la mujer en el marco de la
familia,
situándola en posición de desventaja con
relación al resto de sus miembros, subsumiéndola en
su rol tradicional. Bajo estas premisas surge la idea de esta
investigación.

Objetivos:

Objetivo General:

  • Diseñar un programa de capacitación en el
    tema mujer y género para los profesionales de la
    salud, que les proporcione herramientas indispensables para
    lograr la atención integral a la mujer.
    Colaboración Médica en Namibia 2007-2008.

Objetivos Específicos:

  • Acopiar la información necesaria para la
    confección del programa de capacitación hasta
    llenar el vacío de conocimiento existente.

  • Formular la estrategia docente con flexibilidad en
    relación con la disponibilidad de los cursitas.

  • Implementar la utilización de metodologías
    participativas para asegurar la formulación explicita
    de las necesidades de los participantes.

Capítulo 1

MARCO TEÓRICO

1.1.
Concepto.

Estamos frente a una palabra, género, que en las
últimas décadas ha alcanzado el reconocimiento de
categoría por las ciencias
sociales y se ha incorporado al discurso
social como uno de los ejes alrededor de cual se organiza la vida
social. Además, género como herramienta de
investigación permite analizar la "maquinaria" social a
través de las interacciones de los componentes que la
integran -los sujetos sociales-, y a la vez, develar las
relaciones de poder–subordinación, las desigualdades
y las inequidades que afectan a las mujeres en su relación
con los hombres en una sociedad determinada.

El género, como construcción social, está
en la base de la formación de la subjetividad y del
devenir sujeto social. Puede ser enunciado desde 4 niveles
diferentes, pero articulados entre si:

  • Un nivel macro constituido por las creencias,
    símbolos, representaciones asignaciones que cada
    sociedad tiene de lo femenino y de lo masculino.

  • Un nivel micro que vendría a dar cuenta de
    cómo los grupos se apropian, elaboran y reelaboran los
    discursos sociales del ser mujer y del ser varón para
    operar en una práctica social concreta.

  • Un nivel individual de asimilación de los mandatos
    y asignaciones sociales, necesariamente pasa por la
    interpretación – acción de lo esperado, lo
    deseado, y lo asumido; y por último,

  • Un nivel de intercepción donde los productos
    –sujetos generizados- van a actuar con determinados
    guiones, en determinados espacios sociales, con determinadas
    cuotas de poder según las posiciones que ocupan y esto
    se expresará en beneficios y desventajas, en accesos y
    oportunidades en toda la vida social y como parte de esta
    última, en la salud.(17)

La categoría género contribuye a explicar lo que
acontece en las relacione entre seres sexuados diferentes y
devela la forma como hombres y mujeres se comportan y se
relacionan en una determinada sociedad. Esta categoría
trasciende las diferencias biológicas entre los sexos y se
concentra en las diferencias y desigualdades que existen entre
hombres y mujeres por y ellas interactúan.

1.2 Sexo y
Género.

Históricamente, se consideró, como algo natural,
que las mujeres eran inferiores y los hombres superiores, un
hecho biológico inmutable que explicaba y justificaba las
discriminaciones y desigualdades que afectaban a las mujeres por
el hecho de serlo. Se consideró que las mujeres no
tenían capacidades para desarrollar determinadas tareas y
profesiones, y se las veía como seres dependientes,
incapaces de ser autónomas, de decidir y, por tanto, de
ser sujetos de derechos y de participar en los asuntos
públicos. También se han asignado
características fisiológicas y psicológicas
basadas en estereotipos y prejuicios sobre las mujeres y los
hombres, y sobre sus papeles en la sociedad y la familia (por
ejemplo: "las mujeres soportan más el dolor", "los hombres
son más fuertes físicamente", "las mujeres son
más emotivas, los hombres más racionales"). Frente
a ello, el género surge como una propuesta alternativa que
comprende las desigualdades entre hombres y mujeres como una
construcción social y cultural, por lo tanto, susceptible
de cambios y de transformación. Estas desigualdades de
género, tienen una influencia determinante en la salud de
las personas. Por eso es tan importante tenerlas en cuenta.
(18)

1.2.1 Sexo.

Se refiere a la diferencia biológica y
fisiológica entre mujeres y hombres. Hay algunas
actividades en las que están comprometidos los hombres y
las mujeres, que son las mismas en todo el mundo y que no han
cambiado a lo largo de la historia porque están
basadas en esa diferencia definida biológicamente. Un
ejemplo puede ser dar a luz. Sin embargo,
si comprendemos la complejidad de la
organización que llamamos sociedad, el sexo es un
concepto muy limitado. Es importante entender y considerar los
roles que derivan de la distinción biológica, pero
esta diferencia es completamente insuficiente para explicar los
roles que varían de un contexto a otro.

1.2.2 Género.

Hace referencia a los roles, responsabilidades y oportunidades
asignados al hecho de ser hombre y ser mujer; a las relaciones
socioculturales entre mujeres y hombres, y niñas y
niños.
Estos atributos, oportunidades y relaciones están
socialmente construidos y se aprenden a través del proceso
de socialización. Son específicos de
cada cultura y cambian a lo largo del tiempo. En
todas las sociedades hay
diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres respecto a
las actividades que realizan. Todo ello influye de forma
determinante en el proceso de salud y enfermedad de hombres y
mujeres de forma diferenciada.

Por ejemplo, socialmente se crean, mantienen o potencian
exposiciones diferenciadas que aumentan o disminuyen los riesgos para
la salud (¿por qué los hombres tienen más
accidentes de
coche?, ¿por qué las mujeres son más
proclives a padecer depresiones? (19).

1.3 Identidad de
Género.

El sexo forma parte de la biología humana:
nacemos varones o mujeres. Los hombres fecundan y las mujeres
conciben, dan a luz y amamantan al pequeño ser humano. A
partir de aquí y sobre esta diferencia biológica y
fisiológica hemos construido toda una serie de valores,
actitudes,
normas y
comportamientos que conforman nuestra identidad como
hombres y mujeres, nuestra identidad de género.
Preguntarnos por ello puede resultarnos incómodo pues
implica cuestionarnos sobre cómo nos vemos a nosotros
mismos, cómo vemos nuestras relaciones personales y
sociales, nuestra cultura y nuestras tradiciones. El
género surge como una propuesta que intenta explicar desde
una perspectiva nueva las diferencias entre los hombres y las
mujeres, y las relaciones entre ambos. (20)

Las características asignadas al sexo son aprendidas.
Cada persona al nacer empieza un recorrido para aprenderlo. Cada
criatura que nace se tiene que hacer mujer u hombre, a
través del proceso de socialización, es decir, en
la familia, en la escuela, en los
distintos grupos e instituciones
donde nos educamos y formamos. Se nos enseña a
comportarnos como un niño o como una niña. Se nos
recompensa si lo hacemos y se nos reprueba si nos desviamos de la
norma: "los niños no lloran", "las niñas no se
suben a los árboles".

Lo que es ser hombre o ser mujer forma parte de nuestra
identidad, de nuestra subjetividad y de la concepción que
tenemos del mundo. Las características que se nos asignan
por nuestro sexo tienen una gran fuerza porque las aprendemos al
principio de la vida, son componentes que se integran en nuestro
propio ser, conformando lo que somos y lo que las demás
personas esperan que realicemos. La vida cotidiana está
estructurada sobre las normas de género.

Nuestra identidad de género tiene claras repercusiones
sobre cómo experimentamos la salud y la enfermedad, los
roles que asumimos respecto de ella, ¿por qué los
hombres van menos al médico?, ¿por qué las
mujeres se ocupan más de los familiares enfermos?
(21).

1.4 El
género es cambiante y específico de cada
cultura.

1.4.1 Cambia de generación en
generación.

Por ejemplo, en nuestro contexto cultural es muy clara la
diferencia de roles de género asumidos por hombres y
mujeres a lo largo del siglo XX. El acceso masivo de las mujeres
al mercado de
trabajo es una
característica determinante de las nuevas relaciones de
género en nuestras sociedades contemporáneas.

1.4.2 Cambia de un contexto regional a otro.

Dentro de un mismo país encontramos diferencias entre
el mundo urbano y rural, por ejemplo; de una comunidad a otra.
Como veíamos en el concepto de género, éste
es específico de cada cultura. Por eso conviene que
tengamos mucho cuidado con nuestras ideas preconcebidas sobre
género y sobre salud, pues estas ideas que forman parte de
nuestra cultura, pueden ser muy diferentes de una región a
otra.

1.4.3 Cambia a lo largo del tiempo.

Es posible que una persona a lo largo de su vida modifique su
visión de género y la forma de actuar, simplemente
al vivir, porque cambia la persona, cambia la sociedad y con ella
pueden transformarse valores, normas y maneras de juzgar los
hechos. ¿No ha sido así en nuestra propia
experiencia de vida? (22)

1.5 Relaciones de
Género.

Género no es igual a mujer. El género se refiere
a la forma en que nuestra cultura o nuestra sociedad nos
sitúan según seamos hombres o mujeres. El análisis de género no se basa en el
estudio de la mujer, sino en el análisis de las normas,
derecho, obligaciones y
relaciones que sitúan a hombres y mujeres de forma
distinta en la sociedad. Cuando pensamos en la realidad de una
persona, hombre o mujer, lo primero que nos representamos es el
entorno en el que viven: su pueblo o ciudad, su pareja, sus
hijos, su trabajo, sus intereses y la forma en que emplean su
tiempo libre. Todos estos aspectos de su vida están
organizados a través de un conjunto de relaciones sociales
que determinan la forma en que se hacen las cosas, las
actividades necesarias para realizarlas, las personas concretas
que deben realizar esas actividades, los recursos que pueden
manejar estas personas para llevar a cabo dichas actividades y el
control que
pueden tener sobre las mismas. Dentro de ese conjunto de
relaciones sociales existen normas o relaciones
específicas asignadas a las personas por el hecho de ser
hombres o mujeres, que llamamos relaciones de género.
(23)

1.5.1 Las relaciones de género son relaciones de
poder.

Las relaciones de género son relaciones de poder que
sitúan al conjunto de las mujeres en una posición
de desigualdad respecto a los varones, es decir, de
subordinación. Así, por ejemplo, las mujeres en el
ámbito del hogar pueden no tener acceso y control
independiente sobre recursos económicos o ser objeto de
violencia doméstica. Los hombres, sin embargo, en
principio, por el hecho de nacer varones, están
legitimados para generar y controlar sus propios recursos, tener
una vida independiente y no ocuparse de las tareas del hogar,
tienen el derecho y el poder de representarse, de actuar y hablar
en nombre propio. Por ello, la posición de las mujeres en
las relaciones de género se define como subordinada. Ello
no significa que todas las mujeres concretas estén
sometidas a cada hombre concreto, sino
que la organización social de las relaciones de
género sitúa al conjunto de las mujeres en una
posición de inferioridad respecto del conjunto de los
varones. Los varones también pueden experimentar la
opresión de género. Son objeto de dominio y viven
en su persona o en sus colectivos la opresión de
género por no ser hombres como establecen los
cánones sociales, por ejemplo homosexuales, hombres sin
pareja, hombres que no son padres, que son monógamos en un
orden conyugal polígamo, etc. (24)

1.6 Género
y Salud.

El género considera la salud como algo mucho más
amplio que la ausencia de enfermedad. La OMS define la salud como
el estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no meramente
como la ausencia de enfermedades o dolencias.
Esta definición refuerza lo positivo en el estado de salud
así como la decisiva influencia de los factores sociales y
ambientales en la misma. Sin embargo, el modelo
sanitario tradicional, en el que estamos formados la
mayoría de los profesionales del sector salud, está
orientado a las enfermedades y, dentro de éstas, a las
más graves y que más inciden en la mortalidad. Como
consecuencia de este enfoque y de las dificultades operativas que
representa la medición del bienestar, los indicadores
utilizados para medir el estado de salud han limitado el
conocimiento de muchos problemas de salud no fatales, que
afectan a hombres y mujeres. Los indicadores de mortalidad
sólo recogen los episodios extremadamente graves que han
llevado a la muerte a
quienes han sufrido ese trastorno, pero estas cifras no son
indicativas de las personas afectadas por el mismo, ni de las
secuelas que dejan en las personas que sobreviven. Como veremos a
continuación, la perspectiva centrada en la enfermedad
obvia aspectos claves de la salud de hombres y mujeres, y
contribuye a mantener mitos y falsas
creencias. (25)

1.6.1 Influencia de las diferencias de sexo y género
en la salud y enfermedad de mujeres y hombres.

Resulta evidente que hombres y mujeres tienen una
biología y fisiología diferenciadas, y que
éstas influyen sobre los patrones de salud y enfermedad de
hombres y mujeres. Ahora bien, éstas no son las
únicas diferencias que explican la existencia de patrones
distintos, a pesar de que es así como lo han venido
entendiendo tradicionalmente las ciencias
médicas.

Como hemos visto al tratar el concepto de género,
existen diferencias que se construyen en el ámbito social
y cultural, y que son clave para entender de forma completa
cuál es el origen de esos patrones de salud y enfermedad
diferenciados. Hay diferencias biológicas y
fisiológicas de cada sexo que condicionan la existencia de
algunas enfermedades o trastornos que sólo pueden sufrir
los hombres o las mujeres.

Por ejemplo: el cáncer
de cuello uterino y el cáncer de
próstata (enfermedades del aparato reproductivo
femenino y masculino). Sin embargo, la mayoría de los
trastornos, disfunciones y enfermedades pueden afectar a hombres
y mujeres. Dentro de éstos, algunos presentarán
distinta prevalencia en los distintos sexos (afectarán con
más frecuencia a uno de ellos) o tendrán
características y evoluciones diferentes según
cursen en hombres o mujeres.

Es importante resaltar también que es muy reciente el
interés
e investigación de las diferencias biológicas
definidas por el sexo, y de cómo influyen en la salud,
enfermedad, sintomatología y respuesta a tratamiento de
hombres y mujeres. Por ejemplo, en el infarto de
miocardio, el alto porcentaje de infartos asintomático en
las mujeres. Debemos comprender que las diferencias sexuales y de
género no pueden considerarse aisladamente. Hoy sabemos
con certeza que la diferencia de los perfiles de salud y
enfermedad de hombres y mujeres están relacionados (salvo
para los trastornos o enfermedades exclusivas de cada sexo) con
la interacción entre los determinantes
biológicos y las construcciones sociales diferenciadas de
cada género (femenino y masculino). (26)

No obstante, creemos que la depresión y la violencia de
género son dos de las situaciones que afectan directamente
a las mujeres, y que las hacen proclives a buscar solución
a los conflictos de
la cotidianidad en las conductas suicidas; asimismo consideramos
que los riesgos de los varones de morir por suicidio aumentan
cuando asociados existen otros factores de riesgo como el
alcoholismo y
depresión por conflictos que
tocan el ejercicio de su masculinidad. (27).

1.6.2 Mortalidad.

En prácticamente todas las sociedades existe una
mortalidad para todas las edades mayor en los hombres que en las
mujeres. Esto es especialmente llamativo en el período
perinatal, durante el cual la mortalidad de los niños es
superior al de las niñas. El mecanismo que lo explique no
se conoce totalmente, pero parece claro que está vinculado
a diferencias cromosómicas y a que la maduración
pulmonar es más lenta en los niños. (28)

1.6.3 Morbilidad.

Si bien, en general, las mujeres tienen una mortalidad menor
que los varones, éstas experimentan una mayor morbilidad
en casi todas las etapas de la vida, con una mayor incidencia de
trastornos agudos y crónicos (no fatales) y mayores tasas
de incapacidad a corto y largo plazo. La desventaja de las
mujeres con relación a su estado general de salud persiste
aún excluyendo los problemas reproductivos.
¿Cómo explicamos esto? Parece que la clave puede
encontrarse en las diferencias de género. (29)

La mayor morbilidad de las mujeres no está relacionada
con las diferencias biológicas y fisiológicas, mas
bien es consecuencia de las diferencias en la
consideración de los roles sociales de hombres y mujeres y
de su diferente valoración. Los estereotipos de
género también condicionan las tareas asignadas en
función
del sexo que, a su vez, van a generar riesgos o protección
diferenciados con relación a la salud para hombres y
mujeres. Por lo tanto, los aspectos de género pueden
explicar diferencias en los perfiles de salud y enfermedad entre
hombres y mujeres a todos los niveles.

En el ámbito individual:

a) Exponiendo o protegiendo de forma diferente a mujeres y
hombres en las distintas etapas de la vida. Ejemplos de esto en
la juventud
son:

  • La sorprendente prevalencia de desórdenes
    alimentarios en mujeres jóvenes en culturas en que la
    belleza física (asociada a la delgadez extrema)
    constituye un valor central en la identificación
    femenina.

  • Los accidentes de tráfico y muertes violentas de
    hombres jóvenes en culturas en las que los modelos de
    masculinidad se relacionan con la capacidad de asumir
    riesgos, con el uso de armas, la práctica de deportes
    violentos, etc.

b) Condicionando las capacidades y recursos personales y
económicos de forma diferenciada. Ejemplos de esto
son:

  • La virginidad, pasividad, fidelidad son atributos
    socialmente valorados y considerados normales o inherentes a
    la sexualidad femenina. Estos valores dificultan un
    diálogo abierto sobre sexualidad, y la
    provisión y acceso a la educación afectivo
    sexual, lo que tiene una clara relación con el riesgo
    de exponerse a relaciones sexuales no planificadas, o no
    consensuadas, al restar capacidad de decidir y negociar la
    utilización de métodos anticonceptivos.

  • La construcción de la sexualidad masculina se basa
    en valores opuestos y estimula el inicio precoz de las
    relaciones sexuales, las múltiples parejas sexuales, y
    la falta de compromiso de los hombres. (30)

El análisis de género en estos ejemplos nos
permite ver las distintas limitaciones que experimentan hombres y
mujeres para desarrollar una sexualidad
placentera, libre y responsable. Sin embargo, debemos recordar
que el análisis de género no excluye las
diferencias biológicas, que referidas a los ejemplos
anteriores van a plantear riesgos para la salud como consecuencia
del sexo no protegido, mucho más importantes para las
mujeres que para los hombres. (31)

  • Mujer, rol de género y salud.

La asignación por sexo de tareas, responsabilidades o
roles diferenciados, asignan a las mujeres el trabajo
reproductivo (cuidado y manutención del hogar y de sus
miembros, incluyendo el embarazo y
cuidado de los niños, adultos y ancianos, la
preparación de alimentos, la
recolección de agua y
fuentes de
energía, las compras, la
administración de la casa y el cuidado de la salud),
lo que tiene relación con el lugar que la mayoría
de éstas ocupan en la sociedad y a su vez con muchos de
sus problemas de salud.

La desvalorización de las tareas reproductivas,
mayoritariamente desempeñadas por mujeres (remuneradas o
no) contribuye a la falta de autoestima de
algunas mujeres. La doble jornada (productiva y reproductiva)
desempeñada por muchas mujeres también tiene
consecuencias para la salud.

La mayor prevalencia de depresión en mujeres tiene
menos que ver con los factores hormonales que con su
dedicación a las tareas reproductivas, la sobrecarga que
conlleva el desarrollar además tareas productivas, y la
escasa valoración familiar y social del trabajo femenino
en general.(32)

1.6.5 Género y las Enfermedades de
transmisión sexual incluido VIH.

Quizá el VIH/SIDA sea el
problema donde con más facilidad se pueda ver el impacto
de los roles de género. Con demasiada frecuencia las
mujeres carecen de control sobre su propia sexualidad. Por el
contrario, la mayoría de los hombres pueden elegir
cuándo, con quién y con qué
protección, si la hay, mantener relaciones.

La expectativa social de que el hombre pruebe su masculinidad
asumiendo riesgos o teniendo múltiples parejas aumenta el
peligro de que se infecte o de que infecte a sus parejas. Una vez
infectados, muchos hombres se sienten incómodos ante la
idea de acudir a servicios de salud sexual y reproductiva. Esto
podría deberse a que ven estos servicios como
exclusivamente para mujeres, o a que se les ha condicionado
socialmente en la creencia de que una parte importante de ser un
hombre es la de ser "fuerte" y no necesitar asistencia. La
mayoría de las parejas encuentran muy difícil
la
comunicación sobre cuestiones sexuales, en particular
sobre el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión
sexual. Debido a esto, muchas mujeres no piden a sus parejas que
utilicen preservativos, e incluso es posible que no puedan
negarse a mantener relaciones
sexuales aún sabiendo que se exponen al riesgo de un
embarazo o de una Enfermedad de Transmisión Sexual.

Muchos hombres no utilizan preservativos con su pareja
más regular aún sabiendo que las exponen al riesgo
de contraer una Enfermedad de Transmisión Sexual, ya que
tendrían que admitir que mantienen relaciones sexuales con
otras mujeres. A menudo, las mujeres tienen miedo de decir a sus
cónyuges que tienen una Enfermedad de Transmisión
Sexual, incluso cuando han sido éstos los que se las han
transmitido, temen que esta situación les lleve al
maltrato, al divorcio e
incluso a la muerte. La
falta de poder de las mujeres en las relaciones sexuales a menudo
las pone en situación de no poder negociar unas relaciones
sexuales seguras, o de no poder negarse al sexo inseguro o no
deseado. Además, la falta de sostén
económico en algunas mujeres impide que éstas
elijan o tomen decisiones sobre sus propias vidas, en particular
en lo relativo a limitar los riesgos sexuales y proteger la salud
de sus familias. (33)

Las mujeres son más propensas a contraer Enfermedades
de Transmisión Sexual a través de un sólo
acto sexual porque el semen, que transporta altas concentraciones
de virus, permanece
en el canal vaginal durante períodos relativamente largos.
Esto incrementa la posibilidad de infección.
Además, la vagina es más vulnerable a
pequeños cortes o heridas que pueden incrementar el riesgo
de transmisión. Las mujeres están más
expuestas ya que a través de la extensa superficie de la
mucosa de la vagina y del cérvix, el virus puede
infiltrarse. (34)

Los investigadores estiman que el riesgo de infección
de las mujeres con VIH por falta de protección en las
relaciones es por lo menos 2 veces superior al de los hombres. El
mismo en mujeres jóvenes (15-19 años) es de 5 a
veces mayor que en los hombres jóvenes. (35)

Los hombres tienen menos propensión a contraer una
Enfermedad de Transmisión Sexual porque el pene es menos
vulnerable a una transmisión, ya que está protegido
por piel (a
diferencia de parte de la vulva y la vagina que son mucosas).

Muchas Enfermedades de Transmisión Sexual no producen
síntomas en las mujeres, o producen síntomas (como
el flujo vaginal) que no se identifican como tal
fácilmente, ya que aparecen dentro del cuerpo de la mujer.
Por ello, las mujeres a menudo no acuden a tratarse, lo que les
puede conducir a sufrir mayores efectos a largo plazo que a los
hombres.

Una ETS no tratada puede causar más complicaciones
serias en las mujeres que en los hombres. Las ETS no tratadas
pueden terminar en la esterilidad, el embarazo ectópico,
el dolor pélvico crónico o el cáncer
cervical. Un hombre o una mujer pueden tener una ETS sin
síntomas y transmitir la infección a su pareja.
(36)

1.7 Género
y violencia.

La violencia contra la mujer es un importante problema de
salud que se pasa por alto en demasiadas ocasiones. Es un tema de
discusión incómodo, ya sea cuando se discute en la
comunidad, y
más profundamente lo es para la mujer que es objeto de
violencia en su propia vida.

Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como
"cualquier acto de violencia basado en el género que
resulta, o que probablemente resulte en daño
físico, sexual o mental o sufrimiento de las mujeres,
incluyendo las amenazas de tales actos, coerción o
privación arbitraria de la libertad, ya
sea en la esfera privada o pública
". Esto comprende
"la violencia física, sexual y psicológica ocurrida
en la familia y en la comunidad en general, incluyendo el
maltrato físico y otras agresiones dañinas para la
mujer. (37)

La violencia basada en el género tiene serias
consecuencias para la salud física y mental de las
mujeres. Las mujeres objeto de abusos seguramente sufrirán
depresión, ansiedad, síntomas
psicosomáticos, problemas de nutrición y
disfunciones sexuales.

Ello puede resultar en:

  • La asunción de mayores riesgos sexuales por parte
    de las adolescentes.

  • La transmisión de ETS incluyendo el VIH/SIDA.

  • Embarazos no planificados y no deseados.

  • Dolor pélvico crónico, relaciones sexuales
    dolorosas y disfunciones sexuales.(38)

Las normas sociales de una cultura definen los roles y
responsabilidades de hombres y mujeres. En general, el rol de un
hombre es el de proveer los ingresos para el
hogar. El de una mujer es cuidar de los hijos, el hogar y
alimentar a la familia. Si un hombre siente que una mujer no ha
cumplido con sus responsabilidades, ha sobrepasado sus límites o
ha cuestionado sus derechos, puede reaccionar de manera violenta.
(39)

La violencia contra las mujeres se produce de manera
generalizada y no está limitada por el status social,
económico o el nivel de educación. Todas las
mujeres son vulnerables. Existe una lista común en el
ámbito mundial de "detonantes" de la violencia de
género, entre ellos se encuentran el desobedecer al
cónyuge, contestar, no tener la comida lista a tiempo,
cuestionar al cónyuge sobre comida o sobre posibles
amantes, acudir a algún lugar sin permiso, o negarse a
realizar el acto sexual.(40)

1.7.1 ¿Por qué los hombres maltratan a las
mujeres?

Un hombre puede poner muchas excusas por haber maltratado a
una mujer: influencia del alcohol,
pérdida de control, o puede argumentar que la mujer "se lo
merecía". Pero el hecho es que el hombre elige la
violencia como una forma para conseguir lo que quiere. Algunas de
las razones por las que un hombre puede usar la violencia
son:

  • La violencia funciona, ofrece al hombre un rápido
    final a un desacuerdo, sin buscar una solución o hacer
    concesiones. La víctima aprenderá quién
    es más fuerte, y la próxima vez le dará
    la razón para evitar ser maltratada.

  • La violencia aumenta el poder del hombre: un hombre puede
    volverse abusivo cuando se siente impotente en otras
    áreas de su vida. (41)

1.7.2 Estereotipos de género y violencia.

  • Si un hombre piensa que para ser hombre debe controlar lo
    que hace una mujer, puede llegar a pensar que necesita
    golpearla para establecer su dominio sobre ella. Si piensa
    que la mujer es de su propiedad y que ésta tiene ideas
    propias sobre su vida, puede que tome medidas para hacerla
    más dependiente de él.

  • Ha aprendido la violencia: si un hombre ha crecido en un
    hogar en el que ha presenciado un abuso constante de su padre
    hacia su mujer y hacia sus hijos, tendrá mayor
    propensión a volverse agresivo en su etapa de
    adulto.(42)

1.7.3 ¿Por qué las mujeres se quedan con los
hombres que las maltratan?

La mayoría de las mujeres no son víctimas
pasivas, más bien utilizan diversas estrategias para
protegerse a sí mismas y a sus hijos. Algunas resisten
físicamente la violencia, otras huyen, y otras procuran
mantener la paz excusando el comportamiento de su pareja e
intentando atender a sus peticiones. La posibilidad de que una
mujer termine con una situación de abuso puede ser
más difícil de lo imaginado. Su respuesta
está limitada por las opciones de que dispone.
Éstas incluyen:

  • Miedo y amenazas. Su pareja ha podido amenazarla con
    acabar con su vida y la de sus hijos si intenta
    abandonarle.

  • Sin dinero y sin lugar adonde ir. Si una mujer no tiene
    ingresos propios, o si las normas sociales determinan que no
    puede bajo ningún concepto dejar a su cónyuge,
    ésta puede no tener apoyo alguno para marcharse.

  • Sin protección. Es posible que no haya nada ni
    nadie que impida que el hombre maltrate, o incluso termine
    con su vida si ésta le abandona.

  • Creencias religiosas o culturales. Ella misma puede pensar
    que su obligación es la de mantener su matrimonio a
    cualquier coste.

  • Esperanzas de cambio. Una mujer puede pensar que las cosas
    pueden cambiar, que puede conseguir que él no se
    enfade, que la situación mejore.

  • Culpabilidad de dejar a los niños sin
    padre.(43)

El impacto de la violencia en la "salud social" de una
comunidad es negativo y generalizado. Los vínculos
sociales pueden quebrantarse en la medida en que la mujer se
aísle o sea aislada por su familia y la comunidad. Un
legado de resentimiento hacia los perpetradores puede hacer que
la reconciliación y la reconstrucción de la
comunidad sean particularmente difíciles. (44)

1.7.4 La masculinidad como factor de riesgo para los
propios hombres.

Entendemos la masculinidad como un conjunto de atributos,
valores, funciones y conductas que se suponen esenciales al
varón en una cultura determinada. En todas las culturas
podemos encontrar un modelo "hegemónico" de masculinidad,
que no es más que una forma particular de ser hombre que
se establece como dominante en esa cultura, y que sirve para
discriminar y subordinar a la mujer y a otros hombres que no se
adaptan al modelo. Esta idea dominante de cómo deben
comportarse los hombres, con el tiempo y su conversión en
estereotipos, van resultando en un costo sobre su
salud (y la de otras y otros). Ejemplos de esta situación
son una mayor independencia,
la agresividad, la competición y la incorporación
de conductas violentas y temerarias en aspectos tan diversos como
la relación con vehículos, las adicciones. Lo
cierto es que muchas de las causas de mortalidad masculina en la
etapa laboral (y sus
diferencias con el patrón femenino) se pueden explicar a
partir de ciertas características de la
socialización de género. (45)

1.7.5 Riesgos que algunos atributos de la masculinidad
dominante pueden plantear.

1.7.5.1 Accidentes.

La temeridad (desarrollada, probada y demostrada
colectivamente entre hombres) empieza a constituirse como una
característica de lo masculino antes de la adolescencia.

1.7.5.2 Homicidio,
lesiones infligidas.

Es cierto que hay muchas muertes por distintos tipos de
violencia. Sin embargo, hay que reconocer también que el
asesinato se produce entre conocidos, familiares, como producto de
peleas, en las cuales la violencia es un mecanismo central de
resolución
de conflictos.

1.7.5.3 Suicidio consumado.

Cuando se habla de suicidio, éste generalmente se ve
más como un problema femenino. Esto suele ser cierto en
cuanto al intento, ya que estudios en diversas partes del mundo
muestran que el número de mujeres que intentan suicidarse
es mayor que el de hombres. Sin embargo, cuando hablamos de
suicidio consumado la proporción se revierte. Esto puede
tener una estrecha relación con la dificultad masculina de
enfrentar situaciones de derrota, dolor, tristeza y soledad,
además de su incapacidad de pedir ayuda, que
supondría una muestra de
debilidad y una situación de menor poder.

1.7.5, 4 Autocuidado.

Uno de los aspectos que resultan más llamativos cuando
relacionamos la salud con los atributos masculinos es la casi
total ausencia de medidas para proteger la salud que surgen de
los propios hombres. (46)

Género y
comunicación en la familia.

La comunicación entre hombres se establece bajo
principios de
autoridad
normativa y disciplinaria. Hasta la mayoría de edad, la
comunicación mantiene una estructura jerárquica
básica de hombre mayor hacia hombre joven. El mundo de los
afectos y la comunicación emocional es patrimonio
absoluto de las mujeres, que a veces ejercen de intermediarias
afectivas entre los varones de la familia.

Con la mayoría de edad la comunicación va
adquiriendo una mayor continuidad y fluidez dentro del estricto
marco de las relaciones familiares relacionadas con la
sucesión, mantenimiento
y protección del patrimonio familiar. Patrimonio en el que
no es infrecuente incluir a las mujeres de la familia como una
posesión más. En todos los momentos los hombres
"hacemos" más que "hablamos" juntos, en un ejercicio
coherente con el modelo masculino interiorizado. Los niveles y
contenidos comunicativos difieren según la escala social que
observemos y la mayor o menor interiorización de valores
democráticos que haya alcanzado la estructura familiar. Es
de destacar la comunicación entre hombres en familias
donde los padres intentan relacionarse con sus hijos varones, no
tanto con las mujeres, como "colegas". Asistimos entonces a
diálogos, donde la confidencia sustituye al
auténtico intercambio de experiencia vital y
comunicación afectiva. (47)

1.8.1 El origen de la incomunicación masculina en la
familia.

El padre representa la autoridad y ésta resulta
reforzada con el distanciamiento de aquellos sobre los que se
debe ejercer. La imagen del padre,
héroe solitario, no resistiría un acercamiento
íntimo que desvelara sus auténticos temores y
frustraciones. Se aprende en la familia que para los hombres la
emoción y el afecto son expresiones excepcionales,
reservadas para los momentos de transición,
fundamentalmente vital (nacimiento, enfermedad y muerte), y
algunos curriculares (logros laborales, académicos y /o
deportivos, matrimonio-separación, otros nacimientos).
Es en la familia donde se debieran sentar las bases de la
confianza en los demás, la expresividad y la facultad de
cuidar y ser cuidado de forma integral. Escuchar, hablar, pedir y
dar debiera resultar fácil donde el afecto, en general, es
una garantía. (48)

  • La perspectiva de género en la
    investigación de salud.

Las luchas de las mujeres por romper el silencio con que las
sociedades las habían sujetado al espacio de lo
doméstico, lo privado y lo íntimo es el factor que
las visibiliza en las ciencias de la salud. La medicina, no
podía sustraerse de describir los procesos de salud
– enfermedad desde la mirada de los hombres y para los
hombres. Aun cuando están documentados algunos de los
problemas que con mayor frecuencia aquejan a las mujeres, existe
una marcada resistencia a
verlos asociados a la condición de ser mujer. (49)

Otro aspecto importante es la invisibilidad de los aportes
productivos del trabajo doméstico a la sociedad y en
especial, al mantenimiento del estado de salud. La propia
definición de roles reproductivos resulta inexacta y
oculta el aporte económico del trabajo de las
mujeres.(50)

Esto no es obra de la casualidad, responde justamente, una de
las problemáticas que debemos encarar desde el sector de
la salud, la pobre utilización de indicadores positivos
para el estudio de la salud. (51)

1.9.1 Indicadores de salud de las mujeres con perspectiva
de género, Indicadores de Género.

Un indicador es un instrumento de medición construido
teóricamente para ser aplicado a un conjunto de unidades
de análisis con el propósito de producir un
número que cuantifica algún concepto asociado a ese
colectivo. Es el reflejo de situaciones a tres niveles de
aproximación:

Primer nivel: Mide el estado de un evento
específico.

Segundo nivel: Es trazador de eventos afines, y
en este sentido representa a un grupo mayor de indicadores de los
cuales se considera representativo.

Tercer nivel: Es indicativo de situaciones
mucho más generales que se suponen asociadas con el evento
específico objeto de medición.

No existen, por tanto, indicadores de género; hay
indicadores que miden las diferencias entre los sexos. Una vez
establecida la disimilitud, se valora si tiene una
explicación de género. (52)

Una vez expuestos estos criterios veamos algunos ejemplos de
los indicadores propuestos por el Programa Mujer
Salud y Desarrollo de
la OPS para el monitoreo de la salud de las mujeres y para medir
inequidades de género.

  • Tasa estimada o registrada de mortalidad por neoplasias
    malignas del útero.

  • Tasa estimada de mortalidad por cáncer de mama.

  • Tasa estimada de mortalidad por diabetes mellitus, por
    sexo.

  • Porcentaje de mujeres en edad reproductiva con anemia.

  • Porcentaje de la población adulta afectada por
    obesidad, por sexo.

Qué tienen de común los indicadores del ejemplo:
Todos son indicadores de morbilidad y de mortalidad de las
mujeres, en el caso de la tasa mortalidad por diabetes mellitus
el indicador mide las diferencias existentes entre hombres y
mujeres, por lo que permitiría una lectura de
género y ser relacionado con inequidades de género.
Lo que sucede es que ninguno de los presentados es un indicador
de bienestar y por tanto, de salud de las mujeres. (53)

Entonces, se constituye en un reto para las personas que
trabajamos en el sector de la salud, el diseño
de indicadores que permitan registrar las diferencias de salud
entre mujeres tomando en consideración raza, clase social,
orientación sexual y otras; y el diseño de
indicadores que permitan medir y comparar las diferencias de
salud de mujeres y hombres y así poder develar las
inequidades de salud existentes entre las mujeres y entre mujeres
y hombres. (54)

La equidad de
género en salud significa la ausencia de disparidades
innecesarias, evitables e injustas entre mujeres y hombres.
Significa que las mujeres y los hombres tienen la misma
oportunidad de gozar de las condiciones de vida y servicios que
les permiten estar en buena salud, sin enfermar, discapacitar o
morir por causas que son injustas y evitables. (55)

A los que nos corresponde la noble y difícil misión de
formar recursos
humanos, debemos tratar de educar a los mismos en una
ética
de respeto por los
que sufren y en una medicina comprometida con lo social y la
cultura de la salud, con perspectiva de género a fin de
revertir las prácticas biologicistas y hegemónicas
. Asimismo, contribuir a desarrollar habilidades que permitan
acompañar el empoderamiento de las mujeres y las
comunidades en la atención a la salud.

A los que por su desempeño en los ámbitos de la
salud, nos corresponde el diagnóstico y análisis de las
necesidades de salud de la población, debemos considerar aquellas de
género que influyen en el estado de salud de mujeres y
hombres; dirigir los abordajes, intervenciones, y programas hacia
el mejoramiento de la percepción
de salud, pero también, al cambio de las
posiciones que tradicionalmente han colocado a las mujeres en
posiciones de subordinación a los hombres, e influir en la
reducción de las inequidades que nuestras culturas con sus
prácticas han contribuido a fomentar.

A los investigadores/as nos corresponde levantar datos,
socializarlos; seleccionar los mejores instrumentos,
diseñar indicadores que se ajusten a nuestras realidades,
divulgar nuestros resultados a fin de contribuir a la
formulación de políticas
públicas que respondan a las necesidades de aquellos/as a
los/as que se dirigen. A los/las que trabajamos e investigamos
sobre el tema de las mujeres, nos toca recuperar para el quehacer
cotidiano los periodos que han atravesado los estudios de la
mujer en su pasaje a estudios de género, ya sabemos, que
la subordinación femenina afecta la percepción de
salud, el bienestar y la calidad de
vida de las mujeres, la familia y la comunidad; necesitamos
recuperar la memoria y
prácticas de las mujeres, para pensar, analizar y buscar
soluciones a
la salud de las mismas desde la perspectiva de mujer; y del
periodo de los estudios de género, visualizar la
vulnerabilidad, las desigualdades y las desventajas en
oportunidades de las mujeres como resultado de las
asimetrías de poder existentes entre mujeres y
hombres.

Capítulo 2

MÉTODO

Para lograr esta investigación se realizó un
estudio de intervención, de propuesta curricular, para
diseñar un programa de capacitación en el tema mujer y
género para los profesionales de la salud, que les
proporcionará herramientas
indispensables para lograr la atención integral a la
mujer.

Esta investigación se realizó para dar
culminación a la maestría, Atención Integral
a la Mujer, en el cumplimiento de la colaboración
médica en la
República de Namibia, durante los años 2007 y
2008.

Objeto de investigación: El diseño
curricular de programa de capacitación.

Campo de investigación: El conocimiento
sobre los temas mujer y género en los profesionales de la
salud.

Universo: Todos los profesionales de la salud con
necesidad de capacitación en el tema.

Muestra: Grupos de 40 profesionales de la salud con
necesidad de capacitación sobre el tema.

Método de muestreo:
Para la selección
de los grupos se tuvo en cuenta la disponibilidad y el equilibrio
entre los sexos para lograr la equidad de género. El
diseño muestral es el correcto para el estudio
realizado.

Recolección de la información: La información para
conformar la
investigación se obtuvo de fuente secundaria. Se
realizó una revisión bibliográfica
exhaustiva acorde con el tema y los objetivos
propuestos. Resultó además muy decisiva la
información acumulada por la autora a lo largo de
más de una década de estudio sobre género y
experiencia de talleres, así como el criterio de experta
de la tutora.

Operacionalización de las variables:
Las variables utilizadas se clasifican como constructos.

Clasificación de los constructos:

Género. Se conceptualiza como las
características socialmente construidas que definen y
relacionan los ámbitos del ser y del quehacer femenino y
masculino, dentro de contextos específicos que los
articula dentro de relaciones de poder. OPS 1997.

Marco de referencia de género. Se
conceptualiza como todo aquello que es considerado apropiado,
desde la experiencia personal y del grupo, para mujeres y para
hombres, como normas de comportamiento, cualidades,
características, símbolos, roles. Se refiere a las
representaciones sociales acerca de lo femenino y lo masculino.
Castañeta 1998.

Socialización de género. Se
conceptualiza como el complejo y detallado proceso cultural de
incorporación de formas de representarse, valorarse y
actuar en el mundo. Proceso mediante el cual se transmite la
experiencia histórico-social relacionada con las
construcciones culturales de lo femenino y lo masculino. Los
principales ámbitos de socialización son la
familia, la escuela, la comunidad, los medios de
difusión, el medio laboral. Álvarez 2002.

Identidad de género. Se conceptualiza
como aquellos aspectos de la valoración de si mismo que
nos define como hombre o mujer. Generalmente, la identidad que
define al sujeto mujer se revela por su esencia de servicio en
función de los demás, aunque no es la única
característica, mientras que la identidad que define al
sujeto hombre se revela por una esencia mas en función de
si mismo. Lagarde, 1997.

Estereotipo. Se conceptualiza como lo que se
es socialmente construido, puede estar en relación con
modelos
sexistas y en estrecha contradicción con el que se debe
ser. Reca y cols, 1996.

Roles. Se conceptualiza como las diversas
tareas o actividades que las personas realizan en una sociedad.
Reconociéndose como roles de género a las distintas
tareas y actividades que la sociedad le asigna a cada sexo. OPS,
1997.

Acceso a los recursos. Se conceptualiza como
poder utilizar los recursos, pero sin tener necesariamente la
capacidad para decidir sobre ellos. Taborga, 2001.

Control de los recursos. Se conceptualiza como
la posibilidad de utilizar los recursos y además el poder
decidir lo que hará con ellos. Taborga, 2001.

Violencia de género. Se conceptualiza como el
ejercicio de la violencia que refleja las asimetrías
existentes en las relaciones de poder entre mujeres y hombres que
perpetúa la subordinación y desvalorización
de lo femenino frente a lo masculino. Alfonso, A Sarduy,
2000.

 

2.1
METODOLOGÍA

Para desarrollar esta investigación se tuvo como base
la concepción metodológica dialéctica.

La metodología que se empleó para
desarrollar los temas de la capacitación fue la de
Investigación Acción Participativa, entendida como
el proceso crítico y reflexivo a cerca de un tema o
problema, en ella se tuvo en cuenta que:

  • El tema respondió a las necesidades de los
    participantes.

  • La finalidad última de esta investigación
    fue la transformación de la situación
    problema.

  • Se tuvo en cuenta la superación de todo tipo de
    relación jerarquizada.

  • Al mismo tiempo con el empleo de esta metodología
    se dio un sentido particular a la participación
    auténtica para romper el vínculo sujeto –
    objeto.

Fueron empleados además, los siguientes métodos:

Del nivel teórico:

Histórico-lógico: Para el
análisis de las tendencias históricas del objeto de
estudio, así como la selección de los contenidos
abordados en el programa adecuado.

Análisis-síntesis: Para el estudio de la
información teórica consultada, analizar los
resultados de los instrumentos aplicados en las diferentes etapas
y arribar a conclusiones.

La induccióndeducción: A partir de los
presupuestos
específicos, arribar a conclusiones generales sobre la
investigación realizada, y llegar a nuevas determinaciones
lógicas.

Sistémico-estructural: Para establecer
las relaciones que se dan entre los componentes del programa en
función de su cualidad resultante.

Del nivel empírico:

La observación: Para el estudio
exploratorio, y la observación desde el cuerpo del
programa.

Entrevistas no formales: Realizadas a
diferentes profesionales de la salud, para la obtención de
datos y adecuar el programa de la asignatura.

Análisis documental: Para el
análisis de los documentos
normativos del Ministerio de Educación
Superior.

Triangulación metodológica: Para
contrastar los resultados obtenidos en la creación
pedagógica, el método de
proyección curricular y el criterio de usuarios con
respecto a la factibilidad de
la estrategia
educativa.

Técnicas de análisis:

El enfoque de género se empleo
transversalmente en todos los temas de la
capacitación.

El enfoque o perspectiva de género es una forma de
analizar la realidad que permite visualizar y reconocer la
existencia de relaciones de jerarquía y desigualdad entre
hombres y mujeres.

Es el cuerpo teórico desarrollado para analizar los
significados, prácticas, símbolos,
representaciones, instituciones y normas que las sociedades y los
grupos humanos elaboran a partir de la diferencia
biológica entre varones y mujeres. Este enfoque pone de
manifiesto las jerarquías de género expresadas en
una desigual valoración de lo femenino y lo masculino y en
una desigual distribución del poder entre varones y
mujeres.

El análisis desde genero remite al
análisis de las necesidades de las personas, las formas en
que se ha asumido el ser hombre o mujer desde lo cultural e
histórico hace tener necesidades e intereses diferentes en
determinados aspectos, y hace que múltiples necesidades,
como en la salud, y la educación
requieran ser enfrentadas de diferentes maneras para hombres y
mujeres al tener en cuenta la historia de discriminación a
la mujer. Álvarez, M 2000.

Se logro la transversalización de género en
todos los temas de la capacitación a través del
empleo de las siguientes técnicas
de participación:

  • Lluvia de ideas, lluvia de conceptos.

  • Llenado de tarjetas

  • Sociodrama

  • El dibujo

  • Análisis de letras de canciones

  • El abogado del diablo

  • La dramatización

  • Video debate

  • Confección de cartas

  • Completar hoja de trabajo

  • Responder guía de preguntas.

Se siguió como estrategia la articulación de
varias técnicas para llegar a la triangulación como
opción metodológica.

Descripción y análisis de los temas
de capacitación.

Cada tema se presentó con la siguiente estructura de
análisis:

  • Identificación del tema. Nombre del tema

  • Presentación de los objetivos del tema. Finalidad
    del tema.

  • Presentación de los contenidos. Descripción
    de las técnicas o la numeración de los pasos de
    la actividad.

  • Presentación de las actividades. Desarrollo de la
    actividad.

  • Resultado de las actividades. Compendio descriptivo de los
    resultados obtenidos.

  • Análisis del resultado de las actividades.
    Síntesis del análisis realizado.

Costo económico:

Los recursos materiales
necesarios para implementar el programa de capacitación
creado son mínimos y se encuentran disponibles a todos los
niveles de nuestra red de salud, así
como los recursos humanos con que contamos en nuestro sector
garantizan las condiciones necesarias para poner en
práctica la propuesta curricular.

Consideraciones éticas:

Se consideró brindar información detallada a
todos los cursitas sobre la capacitación,
materializándose con la matrícula el consentimiento
informado de los participantes.

Para materializar esta investigación la
información obtenida se almacenó y procesó
en una microcomputadora Pentium II, con
ambiente de
Windows XP.
Los textos se procesaron con Word XP y
aplicando el método deductivo e inductivo se arribó
a conclusiones y se emitieron recomendaciones al respecto.

PROPUESTA
CURRICULAR

PROGRAMA DE CAPACITACIÓN

TÍTULO: El género como alternativa
moderna para la atención integral a la mujer en el sector
salud.

DIRIGIDO: A los profesionales de la salud que requieran
de conocimientos básicos sobre el tema género y
salud de las mujeres.

OBJETIVOS:

  • 1. Actualizar el sistema de conocimientos sobre
    género en los profesionales de la salud.

  • 2. Formar recursos humanos en el área de la
    salud con capacidad de detectar como influyen las diferencias
    de género en la salud de las mujeres.

  • 3. Facilitar la reflexión
    ético-conceptual sobre las creencias, actitudes y
    prácticas en torno a la violencia de género que
    afectan la calidad de la atención a la mujer, desde un
    enfoque de género.

  • 4. Generar conciencia y cambios de actitudes en los
    cursitas que favorezcan la equidad de género.

ESTRATEGIA DOCENTE:

El curso tiene una duración de 40 horas y la modalidad
responderá a las necesidades educativas de los
cursitas.

Modalidad:

Tiempo completo: Los cursitas recibirán
los contenidos durante los días hábiles y en la
sesión de mañana y tarde.

  • Cada grupo estará integrado por un total de 40
    alumnos, se tendrá en cuenta para esta
    integración la equidad de sexos.

  • El curso se podrá repetir hasta seis veces en el
    año.

  • Se utilizará como estrategias docentes: la
    conferencia, la discusión de materiales, y los
    talleres; así como evaluaciones formativas que
    permitan reconocer el estado de captación de los
    contenidos, el aprovechamiento por los cursitas y la
    reorientación del proceso de aprendizaje de ser
    requerido.

Medios de enseñanza:

Los medios estarán en concordancia con las
técnicas empleadas para dar salida a los objetivos y
contenidos de cada uno de los temas. Los materiales se
entregarán previos a su discusión para facilitar la
preparación de los cursitas y la mayor calidad de la
actividad.

Métodos de enseñanza:

Se utilizaran métodos activos de
enseñanza con diseño de técnicas
participativas adecuadas para cada uno de los temas a
impartir.

Sistema de evaluación:

  • El curso contará con la evaluación formativa
    en los diferentes talleres.

  • La evaluación del curso se hará sobre la
    base de las evaluaciones formativas

  • La escala de calificación será de:
    excelente, bien y desaprobado.

PLAN TEMÁTICO:

NO.

TEMAS

C/Hrs.

DISTRIBUCIÓN POR FORMAS DE
ENSEÑANZA

C

S

T/G

C/P

E/T

1

Encuadre

4

 

 

Taller

 

 

2

Proceso de construcción de género

6

 

 

Taller

 

 

3

Socialización de género

5

 

 

Taller

 

 

4

Marco de referencia de género

5

 

 

Taller

 

 

5

Identidad de género

5

 

 

Taller

 

 

6

Construcción de estereo-

tipos masculinos

5

 

 

Taller

 

 

7

Roles, acceso y control de los recursos

5

 

 

Taller

 

 

8

Violencia de género

5

 

 

Taller

 

 

CONTENIDO DETALLADO DEL DESARROLLO DE CADA TEMA:

Tema 1: Encuadre.

Objetivos:

  • 1. Iniciar el proceso de integración
    grupal.

  • 2. Conocer las expectativas del grupo con respecto a
    la capacitación.

  • 3. Identificar el acercamiento que tienen los
    participantes a la problemática de género.

  • 4. Propuestas temáticas del taller.

Descripción de las actividades:

Actividad 1. Presentación.

Técnica: Rueda de participantes.

La técnica consiste en pedirles a los participantes que
acomoden sus asientos en una rueda o círculo, solicitar
información personal y algún elemento de la
naturaleza con
el cual se comparan, además el por qué de la
comparación.

La coordinación anota en el papelógrafo
los datos aportados, especificando el sexo Ej.:

Fuego- dejo huella como el [hombre]

Plantas – como ellas cuido del medio ambiente
[mujer]

Análisis: Las cualidades señaladas
muestran elementos de la subjetividad de las personas en su ser
hombre y mujer.

Actividad 2. Expectativas del grupo

Técnica: Se solicita a los participantes que
escriban en una hoja, de forma anónima por qué
participan en el taller. Luego se solicita a los participantes
que compartan con el grupo las expectativas que más
quieran comunicar a sus compañeros, las respuestas se
anotan en un papelógrafo y así quedan plasmadas las
expectativas del grupo.

Actividad 3. Acercamiento al tema de género.

Objetivo: Diagnóstico sobre el conocimiento de
género en los participantes.

Se pregunta a los participantes que entienden por
género, no es necesario que todos los participantes se
pronuncien, se rescatan aquellas ideas que realmente se acercan
al tema género.

Actividad 4. Presentación de los temas del
taller.

Actividad 5. Contrato
grupal.

Consiste en hacer un contrato sobre las normas de trabajo
grupal y las posibilidades reales de su cumplimiento.

Materiales:

  • Papelógrafo

  • Plumón

  • Hojas

  • Bolígrafos

Tema 2: Proceso de Construcción de
Género.

Objetivo: Sensibilizar al grupo con las diferencias
entre hombre y mujeres.

Descripción de las actividades:

Actividad 1.

  • Se solicita a cada uno de los participantes que mencionen
    una característica que considere debe tener la mujer y
    una característica que considere debe tener el
    hombre.

  • La coordinación anota en la pizarra de un lado las
    características que expresen las mujeres del grupo y
    del otro lado las características que expresen los
    hombres del grupo, quedando establecidas las diferencias, se
    analizan las diferencias expresadas por el grupo, haciendo
    énfasis en los estereotipos sexistas y estimulando a
    la reflexión.

Actividad 2. Video debate o
sociodrama.

  • Se prepara al grupo para la proyección del
    video.

  • Se divide a los participantes en tres grupos.

  • Se asigna a cada grupo un tema relacionado con el video
    proyectado.

  • Se entrega una pregunta a cada grupo.

Preguntas:

  • ¿Analicen y citen cuales son las tareas asignadas
    tradicionalmente para el hombre?

  • ¿Analicen y citen cuales son las tareas asignadas
    tradicionalmente para las mujeres?

  • ¿Señalen los mitos mas comunes sobre las
    tareas asignadas a los hombres y mujeres tradicionalmente que
    prevalecen en nuestros hogares?

Finalmente la coordinación realiza la
construcción de la categoría género y
diferencias de género.

En caso de no contar con el video casete, puede ser sustituido
por una dramatización de fragmentos de una novela o
película.

Materiales:

  • Videocasete, DVD

  • Casete o disco grabado

  • Tarjetas con preguntas

  • Hojas

  • Bolígrafos

Tema 3: Socialización de género.

Objetivo: Analizar el proceso de socialización
de género.

Descripción de las actividades:

Actividad 1. Se le pide al grupo que exprese el concepto de
socialización y a partir de éste se construye el
concepto de socialización de género.

Actividad 2. Se inicia la historia de dos parejas desde el
momento que conocen la noticia que van a tener un hijo o hija
respectivamente.

Técnica: Sociodrama. Mundo azul, mundo
rosado.

Preguntas claves:

1. ¿Qué desea para los futuros bebés?

2. ¿Qué se desea para el niño, que se
desea parea la niña?

3. ¿Qué prefieren, un niño o una
niña?

4. ¿Qué se dice cuando se sabe que es un
niño?

5. ¿Qué se dice cuando se sabe que es una
niña?

6. ¿Qué se le dice al papa que espera
niño y nació niña?

7. ¿Cómo es la canastilla de uno de los futuros
bebés?

8. ¿Qué colores
predominan en el vestuario de ambos?

9. ¿Qué juguetes se
les regalan a ambos niños?

10. ¿Qué se le dice ante el llanto por un golpe
o regaño?

11. ¿En qué lugares juega cada uno?

12. ¿Cómo son los juegos de
ambos?

13. ¿Qué consejos se les da a cada uno cuando
comienzan en la escuela?

14. ¿Cuándo son adolescentes
que consejos se les da a ambos?

15. ¿Cómo se saluda al adolescente y como se
saluda a la adolescente?

Las respuestas se van colocando en columnas NINA o
NIÑO.

Es importante indagar el por qué en cada respuesta del
grupo.

Se piden las siguientes opiniones:

  • Ante que tipo de proceso se encuentran

  • Que aporta lo biológico y que lo social.

  • Que límites imponen.

  • Que se forma desde lo social para cada uno.

  • Que sucede si no se ajustan a esas asignaciones.

En el análisis se debe profundizar en aspectos como
buscar palabras y soluciones neutras que eviten el sexismo.

Materiales: Tarjeta con las preguntas claves.

Tema 4: Marco de referencia de género.

Objetivo: Analizar qué consideramos como
apropiado para los hombres y para las mujeres, mostrar las
diferencias y los cambios experimentados.

Descripción de las actividades:

Actividad 1. Se entrega a los participantes una tarjeta que
debe ser llenada por los dos lados.

Técnica: Llenado de tarjetas.

  • Se entrega a cada participante una tarjeta que por un lado
    esta dedicado al sexo masculino y por la otra cara al sexo
    femenino.

  • En la primera cara según la columna correspondiente
    deben poner las cualidades que debe tener una mujer en los
    diferentes roles mujer, esposa, madre, trabajadora y en el
    dorso de la tarjeta según cada columna se debe
    escribir las cualidades que debe tener el hombre como hombre,
    esposo, padre y trabajador.

  • Posteriormente pasar al análisis colectivo,
    basándose en semejanzas y diferencias de las
    cualidades expresadas.

  • Es necesario mostrar las diferencias y los cambios
    experimentados.

Materiales: Tarjetas.
__________________________________________________________
Mujer Esposa Madre Trabajadora
__________________________________________________________

Partes: 1, 2, 3
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